Diagnóstico de piel, ¿por dónde empezamos?

Para poder empezar un buen diagnóstico de piel, para orientarnos, la clasificación básica es la siguiente:

  • Piel seca, poro muy cerrado, no se oxigena lo suficiente y tiene una sensación de piel inconfortable.
  • Piel deshidratada, asfixiada que no respira, con el poro abierto pero no llega bien el riego y no llegan los nutrientes.
  • Piel grasa con un desequilibrio en las glándulas sebáceas que segregan más grasa de lo normal.
  • Piel flácida. Personas que tienen tendencia a no tener tono en su piel.
  • Piel sensible, reactiva, con las emociones a flor de piel y con tendencia a enrojecerse fácilmente, alterarse con los cambios de temperatura…

Como vemos ya en un primer diagnóstico de piel hay más variedad de la que en el mercado nos dictan los productos. Por eso es tan importante el diagnóstico. Nos basamos, de cualquier modo, en unas premisas para empezar. Una de las claves, es la edad y cómo envejece cada tipo de piel.

Casos típicos con los que nos encontramos

A. Chica joven, hasta los 25, lo normal es que necesite una crema hidratante y una protección solar diaria. Si tiene acné, el tratamiento sería específico para este caso y debería, en primer lugar, acudir a un centro especializado y, a continuación, utilizar los cosméticos recomendados por los profesionales. El primer paso que debería seguir es el de realizarse limpiezas faciales.B. Si se trata de una persona a partir de 30 años:1. Piel seca: si en el diagnóstico de piel observamos un caso de piel seca, tendrá que aplicarse por la mañana un antioxidante y encima la pantalla de protección solar. Por la noche una crema con ácido hialurónico para hidratar y la crema preventiva para la flacidez.2. Piel grasa: daremos cremas más ligeras, sueros antioxidantes, la vitamina C es perfecta porque da luminosidad ya que la piel grasa tiene tendencia a ser cetrina. por la noche hay que intentar reafirmar porque tiende a flacidez. suero y crema reafirmares no untuosas.C. PIEL REACTIVALa piel es el espejo del alma y en ella se reflejan todos nuestros estados anímicos, estrés, emociones, cambios hormonales … Nos pica, se enrojece y para ello hay tratamientos específicos (muy importante en estos casos el diagnóstico en los centros). En estos casos la Vitamina B3 ayuda a reducir la irritación y mejora la textura de la piel. El Factor de Crecimiento Epidérmico es también un buen aliado de las pieles con sensibles.

¿Qué me preocupa de mi piel, qué quiero mejorar de su aspecto?

Cuando una persona se pone en nuestras manos lo que siempre debemos hacer es dejarle hablar. En ese diagnóstico de muy es muy importante la comunicación con el cliente. Si es la primera vez que se pone en nuestras manos necesitamos información básica de su vida cotidiana, trabajo, ritmo, alimentación, aunque muchos de esos factores vienen reflejados ya en su piel. Especialmente en el caso de las personas sensibles. Su piel es reflejo claro de sus emociones. A la hora de recomendarle en la mayoría de las ocasiones un análisis inicial es más que suficiente para conocer las carencias de su piel y trabajar en ellas.  Muchas veces es evidente, como en el caso de combatir la flacidez, las arrugas o tratar problemas de acné. Es entonces cuando se determina el tipo de cosmético más adecuado.