La piel está formada en gran parte por agua y, de forma natural, dispone de sus propios mecanismos para mantener su correcta hidratación y crear una barrera de protección frente a las agresiones externas. Gracias a su manto hidrolipídico, una película protectora que está formada por agua y lípidos, mantiene el pH dentro de los límites para evitar la aparición de problemas cutáneos e infecciones. Sin embargo, algunas condiciones climáticas como el frío intenso, el viento, la lluvia o la sequedad, pueden hacer que la piel pierda estos niveles rápidamente. Por eso, durante estos meses de invierno, hay que extremar su cuidado. Toma nota, esto es todo lo que tienes que hacer.

1- Apuesta por la limpieza japonesa

La doble limpieza al estilo japonés, primero con un formato leche y después con una base oleosa, es perfecta para limpiar sin resecar un ápice. Y recuerda: debes limpiar tu cara dos veces al día: una nada más levantarte, para eliminar las toxinas que se han generado durante la noche; y otra antes de irte a dormir, para borrar los restos de maquillaje y polución acumulados. Termina tu limpieza con un agua termal.

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2- Alíate con el ácido hialurónico

Una piel escamosa es una piel repleta de sequedad, así que ahora debes centrarte en apostar por ingredientes que aumenten los niveles de humedad e hidratación en tu rostro. En primer lugar, debes recurrir al ácido hialurónico, un increíble humectante y una molécula que atrae a la piel 1.000 veces su propio peso en agua. Es poco irritante y adecuado para todo tipo de pieles, incluidas las sensibles y las grasas. Opta por un sérum a base de este ácido seguido de una hidratante o un aceite nutritivo, te ayudarán a evitar la sequedad en la piel y a darle brillo de inmediato.

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3- Exfolia dos veces por semana

Dedica unos pocos minutos un par de veces por semana a exfoliar tu rostro. Cuando la piel se seca, las células muertas se acumulan haciendo imposible que cualquier hidratante penetre en profundidad. Eso sí, hazlo muy suavemente, con lentos movimientos circulares, ya que en esta época la piel está más sensible y podrías dañarla. Prueba a preparar tu propio exfoliante en casa mezclando media taza de aceite de coco y media de azúcar. Esta combinación es rica en antioxidantes y ácidos grasos esenciales.

Te dejamos uno de los aceites de coco top ventas en estos momentos de NatraleBio, originario de Sri Lanka. Y si lo tuyo no son los remedios caseros, te aconsejamos estos exfoliantes según tu tipo de piel:

  • Si tienes la piel mixta o grasa, el exfoliante de Paula's Choice es perfecto ya que combate los puntos negros, los poros dilatados y all acné al tener ácido salicílico entre sus componentes.

  • Para pieles secas utiliza el exfoliante de Neddcrystals con óxido de aluminio que ayuda a mejorar las manchas y tener la piel más joven

4- Olvídate del agua muy caliente

¿Hay algo más apetecible que llegar con frío a casa y darse una ducha muy muy caliente? Pues, por desgracia, no es una buena idea. ¿El motivo? Los cambios bruscos de temperatura favorecen que la piel se irrite más y aparezcan rojeces. Además, las duchas demasiado calientes hacen que la piel, tanto del rostro como del cuerpo, se deshidrate y descame. Así que lo mejor es que apuestes por duchas templadas, aunque te cueste un poco.

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5- No descuides tus labios

El viento y el frío son los principales culpables de sufrir grietas y sequedad en los labios en invierno. Su piel es diferente a la del resto del rostro ya que su capa exterior es mucho más débil y frágil, por lo que su función de barrera también es menos eficaz. Para conseguir unos labios hidratados y bonitos hay un cosmético que no puede faltar en tu neceser: el bálsamo. No salgas nunca de casa sin aplicártelo, te ayudará a mantener la jugosidad y tersura. Si ya están agrietados, recurre a un labial regenerador, para eliminar las células muertas y aliviar la sensación de tirantez y sequedad.